Leonardo Da Vinci

Sr. Director

En la cartela televisiva del día de la fecha atrajo mi atención el anuncio de la proyección de un documental sobre la vida del genial Leonardo Da Vinci pero, al leer la escueta síntesis, sentí cierto resquemor al notar que advertía se vería en acción a un grupo de ingenieros poniendo a prueba los inventos de tamaño creador “para determinar si era un ingeniero inspirado o solo un prolífico soñador” (sic)

El redactor debe ignorar que ingeniería es ingenio y cuando el genio sueña aplica al máximo la capacidad creativa del pensamiento humano, resultando impropia la disyuntiva propuesta. Quiero creer que cuando refiere a Leonardo como soñador no lo piensa durmiendo sumido en fantasías, sino en el complicadísimo proceso de imaginar en detalle algo inexistente que luego, aplicando ciencia y técnica, pueda corporizar en un artificio útil para el hombre.

Probablemente la confusión sea consecuencia de la urgencia del hombre moderno que se atolondra en la búsqueda de resultados inmediatos, de repuestas veloces sin meditación, sin consistencia. En el lugar de soñar en meditado silencio se improvisan soluciones mágicas y peor aún, de inmediato y sin contrastar con referencia real o probar frente a conocimiento alguno, es presentado como realización finiquitada y se pasa a otro tema que será explicado y resuelto de igual manera. Lo interesante es que nunca hay tiempo para reparar que realmente sucedió poco o nada y el clima sigue enrareciéndose en dificultades no resueltas. No importa, mañana se anunciaran nuevas e ininteligibles repuestas.

Ojalá la Naturaleza fuera generosa y nos proveyera de dirigentes, no pido que sean prolíficos como el notable florentino, sino “sólo” capaces de soñar un artificio unificador sustentado en el bien común, engarzado en la concordia, impulsado por una justicia equitativa y susceptible que el ingenio de la sociedad toda, lo transforme en práctico proyecto de vida en común.

Ing. Roberto Cangiano
DNI 4644750
Enviada a La Nación el 2/12/2011